Nueva Galeria Andagoya: Una historia de almas y encuentros Antes de pisar Andagoya, sentí la necesidad de conocerla a través de las historias. Leí sobre la visita de Gabriel García Márquez en el 54, vi archivos fílmicos y documentales. Me obsesioné con la arquitectura, la minería, los gringos y sus barcazas de colores. Para mí, era un capítulo del Chocó que seguía en el aire, sin cerrarse. Pero la verdadera historia me esperaba allí, entre la vida y la muerte. Llegó el momento del encuentro con los alabaos, gualíes y levantamiento de tumbas. Una experiencia que marcó un antes y un después. Fui acompañando a un amigo que perdía a su hermano. Ese día, en octubre de 2015, el dolor se mezcló con una tradición ancestral inmensa. Las situaciones se fusionaron de una manera muy intensa. Estar en un velorio, en medio de la tristeza de mi amigo, mientras escuchaba los cantos que guían al alma en su partida. Fue una mezcla de muerte, vida y conocimiento puro. A partir de ahí, sentí la urgencia de entender esa manifestación cultural. Empecé a viajar constantemente. Aprendí a fotografiar no solo la luz y el color, sino a capturar el alma del lugar. El pueblo, el contexto, el gran río San Juan, testigo de todas las penas y glorias del Chocó. En esta galería, mi mayor deseo fue pasar desapercibido. Quise ser como esa alma que se queda un momento viendo todo lo que pasa, observando la vida y la muerte de cerca, antes de partir descansada. Es un homenaje sencillo y honesto a la gente de Andagoya.