Las alhajas del santo son el trabajo de irme cada 4 de octubre, entre 2016 y 2017. Después de los gozos en la madrugada, al son de la chirimía, llegaba pa’ luego salir corriendo a la casa, dormir, y a las 11 el almuerzo: comía, reposaba y listo pa’ salir hacia la iglesia.
Temprano, porque ese es el momento donde podés ver la selección y montaje de esa “orisa” (oro) que tiene San Pacho: piezas de fina orfebrería chocoana cadenas, manillas o piezas simbólicas por tratarse de “mandas”, formas de casitas, pies, manos, entre otras partes del cuerpo. Otros le dicen “promesa”; pa’ más información, pregúntele a detalle a un pana choconx o alguien del Pacífico.
Esperemos un día poder fotografiar cada pieza, rastrear su historia y ver su elaboración artesanal.
